jueves, 29 de septiembre de 2011

2008 la niebla




Domingo 32 de otoño  La Niebla 
la niebla lo invade todo
Este cuarto que no eligió
este mundo que no es el suyo
y estos ojos desconocidos que la miran
que la buscan,
y que aseguran conocerla.
Acá la niebla....
Mas allá, también la niebla.
Sobre sus manos viejas
como de piel de papel
sobre los huesos
de antiguo barro valiente.
Todavía caminante,
y en el medio de toda esa niebla
Ella
Ella de espaldas a las ventanas
herrumbradas de su presente baldío.
De frente al abismo de su pasado,
al velatorio continuo de sus memorias desvencijadas, famélicas, suicidas.
A veces un sorbo de sol tibio
la separa de la niebla.
Y una lucidez con vida de mariposa
de dos segundos
desesperada y heroica
consigue traer de nuevo a sus padres.
Juntar nombres con rostros.
Y revivir un domingo hecho de tiempo
en el que el amor esta siempre vivo
en donde siempre hay risas
En donde siempre hay baile
y en donde siempre es feliz como era
un instante más y la mariposa caerá aplastada,
bajo el plomo implacable,
de una niebla invencible.
Beso su mejilla ahora...
incalculablemente distante,
Ella pregunta ¿Quién soy?
La niebla otra vez lo invade todo
Solita en un rincón,
de un tiempo que murió,
hace algún tiempo atrás,
sin horas ni reloj.
Ausente en ese vals
de cinco compás,
bailando en un montón
de niebla y soledad.
Y yo no sé, no sé cómo llegar
y solo se, tan solo se cantar
y agradecer que pude recordar,
tus caricias piel de sol y terciopelo.
Perdida entre tu piel,
se ríe tu niñez,
se ríe y vos te vas.
Te abrazo Donde estés.
Y yo no sé, no sé cómo llegar,
y solo se, tan solo se cantar...
y agradecer que pude disfrutar,
de sus mimos de Budín y caramelo..
De sus mimos de Budín y Caramelo...

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